En la dimensión del fútbol pueden inventarse palabras que podrían a futuro integrarse al Diccionario de la Real Academia Española. Apenas un mes atrás, salió a la luz el término “espaldazo”, en alusión al fallido “pasillo” de homenaje a Rosario Central (reconocido por AFA como “campeón de la tabla anual”).
Sobre lo ocurrido el 23 de noviembre en el estadio “Gigante de Arroyito” ya nos ocupamos en esta columna, pero retomamos el hilo con motivo de la doble consagración de Estudiantes de La Plata: Torneo Clausura y Trofeo de Campeones.
“No da lo mismo ganar una estrella a que te la den porque se le ocurre a alguien. Si lo del pasillo tuvo un efecto para algo mejor, buenísimo. Espero que sea así. No me interesa lo político, me interesa el fútbol”, declaró la “brujita” Verón a ESPN.
Tras el episodio del “pasillo de espaldas”, lo simbólico supera ampliamente a lo deportivo. Un sector no cesa en descalificar al declarado “Campeón de Liga 2025”, ignorando al de mayor puntaje en una cancha de fútbol (66 puntos en 32 partidos).
“Título inventado o de escritorio” son algunos de los rótulos peyorativos que circulan en redes y canales de noticias, mezclados con denuncias que involucran a la AFA.
Y así, en una espiral ascendente, quienes apoyan al presidente Verón (tras 11 años de superávit, el último balance dio $ 14.277 millones en rojo, por la decisión de no desarmar el plantel), hoy ya lo consideran como un líder emergente contra el sistema que gobierna a los clubes, aunque bien podrían estar pecando de ingenuidad.
El legendario DT obtuvo trofeos que marcaron la historia del club blanquirrojo entre 1967 y 1970:
1 torneo local (Metropolitano 1967), 3 Copas Libertadores (1968, 1969, 1970), 1 Copa Intercontinental (1968), 2 subcampeonatos Intercontinentales y 1 Copa Interamericana (1969).
El periodista Alejandro Fabbri así resume su personalidad: “Estudioso, detallista, obsesivo, pícaro, frontal, tímido, trabajador hasta el agotamiento. Encontró y completó la formación de un extraordinario grupo de muchachos que le dio su mayor gloria a Estudiantes en los convulsionados años setenta. Le ganó a rivales mucho más poderosos, saboreó cada título como si fuera el último y se enfrentó con buena parte del periodismo de la época. Estaban aquellos que lo criticaban por su estilo de juego al límite de lo permitido y también, quienes no admitían que un equipo de la capital bonaerense le mojara la oreja a los cinco grandes de siempre”. Su frase de cabecera era: “A la gloria no se llega por un camino de rosas”.
Mediante una actuación de oficio, el Tribunal de Disciplina de AFA (Boletín 6797 del 27/11/25), a través de un fallo fundado, resolvió las siguientes sanciones (Infracción al Art. 12 Código Disciplinario: CONDUCTA OFENSIVA Y VIOLACIONES DE LOS PRINCIPIOS DEL JUEGO LIMPIO):
Este fallo ha sido apelado ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
Gonzalo Belloso, sobre “el pasillo de espaldas” opinó: “Fue descortés, no corresponde porque los jugadores no tienen por qué meterse en cuestiones de dirigentes. Hay lugares para discutir todo, incluso para aceptar errores si alguien no estuvo de acuerdo con las formas. Ahora, que Central es un justo campeón lo demuestro con datos. Central fue el mejor equipo todo el año y en ese torneo el año que viene va a haber un campeón. Tan campeón es, que al último campeón, que es Estudiantes, le sacó 24 puntos. Una rueda de un equipo competitivo”.
El campeón del mundo y capitán del club rosarino, dio dos reconocibles “like” a sendos posteos en Instagram. En uno de ellos, junto a la imagen del defensor Leandro González Pírez, al momento de darle la mano a Claudio “Chiqui” Tapia (presidente de AFA), durante la premiación tras vencer a Racing, una leyenda irónica señalaba: “No es contra Central, es contra la AFA. Mostraron su peor cara, y más aún contra sus colegas”.
Alertado sobre la repercusión de sus “me gusta”, el popular “Fideo” compartió una frase en sus historias: “En la vida no hay que dar tantas explicaciones. Al final la gente sólo entiende lo que quiere entender y lo que le conviene”.


