Ya inician las festividades decembrinas y con ello, la preparación de los platillos típicos. Uno de los más destacados en Centroamérica son los tamales, una comida a base de maíz que encierra un gran enigmático: ¿son originarios de México o Guatemala?
El registro más antiguo del tamal, denominado "waaj,waj, wa’aj, waah, wah“, se encuentra en la zona arqueológica que hoy comprende Guatemala y el sur de México.
En ese sentido, su historia se remonta a la época de la civilización maya. Esto fue confirmado tras el hallazgo de murales arqueológicos de San Bartolo por los investigadores William Saturno y David Stuart, en 2001.
Dichos murales contiene la primera referencia del platillo y data del periodo preclásico tardío, es decir, 100 años a. C., según consignó Francisco Estrada Belli, arqueólogo especializado en cultura maya, en diálogo con Prensa Libre.
En la tradición maya, el waaj era considerado un “alimento sagrado” y se preparaban tanto para el consumo cotidiano como para ceremonias especiales.
Con respecto a este último punto, funcionaban como una ofrenda al dios del maíz (Yum Kaax) para solicitar el aumento de las cosechas o el cese de las lluvias.
Para su elaboración, los mayas molían el maíz hasta obtener una masa, la cual envolvían en hojas de chaya para cocerlos al vapor. Antes de la llegada de los españoles, el ingrediente principal era el maíz, según consignó Aprende Guatemala.
En el período de Conquista en Guatemala, la receta comenzó a variar de forma significativa al integrarse nuevos ingredientes como la masa de maíz, achiote, semilla tostada de ayote (pepita) y hojas de chaya para envolver la mezcla antes de cocerla.
Bajo esta premisa, el tamal no pertenece exclusivamente a una sola nación moderna, sino que su origen es compartido entre Guatemala y el sur de México.
El tamal ha sido objeto de estudio y reinterpretación. De acuerdo con la arqueogastrónoma Regina Moraga, lo que hoy conocemos como tamal no corresponde a su forma original.
Mientras que el waaj representa un concepto ritual de la civilización maya, el término tamallí significa “masa envuelta en hoja”. Esta traducción proviene del náhuatl actual y no del antiguo, lo que ha generado confusiones.
Asimismo, en códices como el de Dresde (siglo XII) y el Florentino (siglo XVI), se documenta que estos alimentos se servían en azafates, acompañados de recado, y no se presentaban en hojas, sino en bolas de masa, por lo que el tamal colorado guatemalteco, por ejemplo, es fruto de siglos de evolución creativa.
De acuerdo con la chef Euda Morales, para preparar hasta 50 tamales, se requiere de diferentes ingredientes para la masa, adornos y hojas:
Para preparar la maza, se debe remojar el arroz una noche antes y molerlo con un poco del agua. Luego se debe preparar la masa de maíz blanco.
Se une el arroz molido con la masa de maíz y luego agregar el azafrán remojado en agua caliente para dar color. Al tener el color, se añade sal, azúcar y se cocina la masa con una paleta.
Se agrega la manteca y se mezcla hasta que la masa se despegue de la olla. Luego se rectifica el sabor y luego se deja enfriar.
