Los trabajadores ya han comenzado a tender las vías en el desierto al este de El Cairo para el primer tren de alta velocidad de Egipto, que conectará el mar Rojo con el mar Mediterráneo en el más reciente intento del país por modernizar su sistema de transporte.
El proyecto, descrito por el ministro de Transporte, Kamel al-Wazir, como un “nuevo Canal de Suez sobre rieles”, está previsto para completarse en 2026 y permitirá transportar pasajeros y mercancías a lo largo de 660 kilómetros en apenas tres horas.
Conocida como la Línea Verde, esta iniciativa es el último de una larga lista de megaproyectos impulsados por el gobierno del presidente Abdel Fattah el-Sisi durante la última década. La obra emblemática de este plan es la Nueva Capital Administrativa, una ciudad valorada en 58.000 millones de dólares y aún escasamente poblada, situada al este de El Cairo.
En 2021, Egipto firmó un contrato por 4.500 millones de dólares con un consorcio que incluye a la empresa alemana Siemens para desarrollar la Línea Verde, que será la primera de tres líneas ferroviarias de alta velocidad que atravesarán el país. Las autoridades esperan que la red, de casi 2.000 kilómetros, llegue a transportar hasta 1,5 millones de pasajeros al día.
La actual red ferroviaria egipcia —utilizada diariamente por alrededor de un millón de personas— padece graves deficiencias de infraestructura y mantenimiento, que provocaron cerca de 200 accidentes el año pasado, según cifras oficiales.
La Línea Verde recorrerá el norte del país, desde Ain Sokhna, en el mar Rojo, hasta Marsa Matrouh, en el Mediterráneo, y atravesará dos ciudades satélite de El Cairo: la Nueva Capital Administrativa, al este, y la Ciudad 6 de Octubre, al oeste, donde se encuentra el único puerto seco de Egipto.
Según Tarek Goueili, director de la Autoridad Nacional de Túneles, la red ferroviaria modernizada permitirá transportar 15 millones de toneladas de mercancías al año, lo que representa el 3 % del volumen de tránsito registrado en el Canal de Suez el año pasado.
Para sus promotores, la Línea Verde es también una apuesta en materia de planificación urbana. “La línea de alta velocidad aliviará la presión sobre el Gran Cairo y favorecerá la aparición de nuevos polos de desarrollo”, explicó Faical Chaabane, de la empresa francesa Systra, encargada de la construcción de la vía.
En una estación en pleno desierto que Systra mostró a los periodistas, los trabajadores, subidos a andamios, han erigido un imponente techo geométrico sobre seis vías al aire libre.
Gran parte de la Nueva Capital Administrativa que la rodea sigue siendo un enorme sitio de obras, donde se concentran ministerios gubernamentales a los que los empleados se desplazan a diario en autobús.
“Aquí no va a vivir nadie. Hemos construido todo este proyecto, pero estará destinado al turismo y al transporte de mercancías”, señaló Mohamed, uno de los obreros de la estación, en declaraciones a la AFP.
Con el desierto cubriendo la mayor parte del millón de kilómetros cuadrados del país, la inmensa mayoría de los 108 millones de habitantes de Egipto —la población más numerosa del mundo árabe— se concentra a lo largo del río Nilo y su delta.
Tras su inauguración, la Línea Verde será seguida por la Línea Azul, que recorrerá el valle del Nilo y unirá El Cairo con Asuán, y por la Línea Roja, que conectará las ciudades del mar Rojo, Hurghada y Safaga, con Luxor, en el interior del país.
AFP


