Siempre polémico, Vinicius Junior sumó un nuevo capítulo en su carrera, de la que se habla más por ciertas inconductas -ya sea dentro o fuera del campo- que de las que realmente hace sobre el césped con su talento. Este sábado, Real Madrid cosechó un triunfo por 2-0 ante Sevilla, en el Santiago Bernabéu. Siempre importante en la carrera permanente por el liderazgo de la liga española que sigue liderando Barcelona. Sin embargo, la alegría quedó opacada por las repercusiones que causó el brasileño tras ser sustituido sobre el final del partido y la reacción que tuvieron las gradas ante quien, esta vez, fue su capitán.
En el ámbito deportivo de España no se habla de otra cosa por estas horas y, lejos de espantarse o entender que no es lo conveniente, al surgido en Flamengo parece gustarle. Lo busca. Actúa y, a pesar de las horas, lo sostiene por más revolución que se genere. Todo comenzó cuando, aún ganando por un gol, el entrenador Xabi Alonso decidió reemplazarlo.
¿En qué minuto? 38 del segundo tiempo. Es decir que jugó -y llevó la cinta en su brazo izquierdo- por 83 minutos, hasta que el joven Gonzalo García ingresó en su lugar. Siempre fastidioso, no le gustó salir del campo. Y los fanáticos merengues ya empiezan a cansarse: tras un rendimiento apenas discreto, fue reprobado con chiflidos de gran parte del estadio, excepto por algunos que siguen reconociéndolo con aplausos.
Según aseguran en los medios del país, quedan en la retina los más recientes gestos de Vinicius que generaron incredulidad y fastidio: sus reproches con insultos hacia Alonso por ser sustituido en el clásico ante los catalanes, en octubre, y también las carcajadas del último miércoles junto a su compatriota Endrick cuando estaban en el banco de suplentes al momento en el que el equipo sufrió el segundo descuento de Talavera de la Reina, humilde conjunto al que terminaron venciendo por 3-2, en el debut por la Copa del Rey.
La lupa puesta en esas actitudes parece motivarlo a más al jugador, de 25 años. No a desafiarse y rendir mejor, sino que su frecuencia de actos mal vistos aumenta cada vez más. Entonces, tras los silbidos y el triunfo logrado por los goles de Jude Bellingham y Kylian Mbappé, no bien llegó al vestuario agarró su celular y empezó a meter mano sobre sus redes sociales.
Primero, subió un posteo en Instagram en la que incluyó dos imágenes de la jornada. La primera fue una postal del encuentro, en la que se lo observa conduciendo la pelota; la segunda, directamente refirió al momento de la llegada al estadio, con los auriculares puestos que lo van concentrando en la previa. Ya conociendo sus mensajes indirectos, hasta se puede hacer una breve interpretación respecto a la gente: no los escucha. Y, claro, esto fue acompañado por otro indicio de molestia: “...”, fue el simple mensaje que acompañó a las fotos.
Inmediatamente, esa publicación decidió replicarla en una historia para que cualquiera de sus más de 57.500.000 de seguidores no se la perdiera y supiese de lo que tiene para “decir”. Esa simple acción expuso otra decisión clave que llevó a cabo para darle cierre a su furia social tras el cotejo: al visualizar dicha historia se concluye que hubo un cambio de foto de perfil.
Al momento de citar su nuevo posteo, en la misma posaba con el torso desnudo, celebrando así mientras mostraba la camiseta de la Casa Blanca. A partir de esa historia, la imagen de presentación lo tiene sonriendo tras un gol, pero vistiendo la camiseta del seleccionado brasileño.
Por supuesto que tiene sus argumentos: es su red social, su país y sus ganas de hacer lo que desee con las fotos futbolísticas. Sin embargo, en España tienen claro que se trata de un hilo de acciones que tienen que ver con su enfurecimiento contra Xabi Alonso, con quien empieza a tener una relación ríspida.
Evidentemente, ya no es sólo con el exvolante central. Si el Bernabéu habló con reprobaciones, Vinicius deberá verse a sí mismo. Y si no renueva el contrato, como hasta ahora no se lo ofrecieron, según aseguran en Madrid, por algo será...

